La moda inclusiva pide pista

Cuando Carolina Asensio y su prima Marina Vergés lanzaron la tienda online Free Form Style no sólo trataron de conjugar sus profesiones como empresaria y editora de moda, respectivamente, sino también impulsar una propuesta pionera pensada en facilitar la vida a las personas con movilidad reducida.

Por: Luna Muñoz Anula

A bote pronto, apostar por la moda inclusiva o ropa adaptada pudiera parecer casi una necesidad para las grandes cadenas o superficies puesto que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de mil millones de personas -en torno al 15 por ciento de la población mundial, tiene algún tipo de discapacidad y, no sólo eso, sino que el número de personas con discapacidad aumenta vertiginosamente debido a causas vinculadas a las tendencias demográficas y a la creciente prevalencia de dolencias crónicas.
Además, tal y como apunta la OMS, es un hecho la probabilidad de que casi todas las personas experimentan alguna forma de discapacidad -temporal o permanente- en algún momento de su vida.

Bien, ¿entonces por qué no existe un compromiso real y evidente con la discapacidad dentro de la industria textil? Desde esta empresa, con sede en Mataró (Barcelona) lo tienen claro, la escasa

rentabilidad y el lento avance del conjunto de la sociedad española por normalizar e integrar la discapacidad en nuestro día a día conforman las principales debilidades del sector.
El planteamiento inicial fue ofrecer “una moda de diseño sin barreras” que ofreciera soluciones inéditas adaptándose a las distintas necesidades con un “plus de estilo”. Así nació en 2018 la propuesta de esta empresa familiar, pensada por y para hacer frente a las necesidades específicas de cada persona. La idea partió de la situación personal a la que tuvo que enfrentarse la familia cuando José, el hermano de Carolina, sufrió un ictus que le dejó secuelas motoras y que le mantiene en silla de ruedas.

Una sorpresa mayúscula
Un año después de aquel percance, comenzaron a buscar pantalones “para que dejara de llevar solo chándal” y la sorpresa fue mayúscula. No sólo había muy pocas marcas de moda adaptada en nuestro país sino que, además, “no nos acabaron de gustar los tejidos que encontramos”. Así las cosas, entendieron que había que tomar cartas en el asunto y “elaborar un plan” para poner remedio a esa situación. En primera instancia, la idea fue lo que vulgarmente se conoce como “hacer de su capa un sayo” -literal- es decir, que tijera en mano tunearon un pantalón que habían comprado y el resultado, por sorprendente, cambiaría el rumbo de su vida.
Al recibirlo, la reacción de José no se hizo esperar: “Mi primo se vio tan guapo con esa ropa que aquello nos llegó al alma y así es como empezamos a plantearnos crear una marca de ropa adaptada, sostenible y de calidad”. Cinco años después, el equipo de esta empresa lo integran cuatro mujeres “plenamente comprometidas en este proyecto de principio a fin”. Una iniciativa que empezó poniendo bajo la lupa el mercado existente, no sólo en España sino en el resto del mundo. “Vimos muchas marcas que funcionaban en EEUU y en Australia y seguimos con nuestro plan tras sondear el mercado”, asegura Marina.
Un plan que pasa por “repensar” prendas de ropa básicas para que sean inclusivas, alegres, a la moda y sin restricciones, “porque una camiseta, un pantalón, una falda, una camisa, una sudadera o incluso una americana, deberían ser cómodas y fáciles de poner para todo el mundo”, mantienen. Se trata de ofrecer artículos “que nos permitan dar nuestra mejor versión, siempre desde la comodidad” y todo ello a partir de tejidos confeccionados con algodón y en España.

Al primer año llegó la pandemia
A simple vista, la propuesta pudiera parecer redonda si bien la pandemia pasó literalmente por encima de las aspiraciones de estas mujeres emprendedoras y del proyecto familiar que comenzaba a fraguarse justamente cuando se cumplía su primer año de vida. “La crisis nos afectó muy negativamente. Piensa que nuestro cliente, nuestro público, son personas que suelen vestir ropa deportiva y que necesitan ropa para salir a la calle y dirigirse a sus trabajos, sus estudios, etc. Bien pues todo eso se paralizó y todos volvieron a los pijamas”.
Recuperar el tiempo perdido “nos hizo retrasar nuestros objetivos”, admite Marina, quien considera que también falta mucho recorrido para avanzar en nuestra sociedad. No obstante, no todo iban a ser malas noticias puesto que las creadoras de esta joven marca vislumbran un horizonte esperanzador: “Estamos de moda y eso es bueno para crecer como colectivo”. De momento, la ampliación de tallaje en el sector y la implicación de marcas internacionales para personas con distintas capacidades comienza a ser un hecho, lo cual nos lleva a pensar “que ya está bien y que debemos dar voz e imagen a muchos colectivos y educar a la sociedad porque hay mucho capacitismo entre nosotros y esto no es humano. Si nosotras ponemos un granito de arena con nuestra marca, bienvenido sea”, dice Marina.
El próximo objetivo a batir -esta vez, confiemos que sin imprevistos ni desastres por medio- será la creación de una nueva organización y proyecto empresarial que vinculará a esta empresa con otras tres para crecer y ser más fuertes. La propuesta, nos adelantan, incluirá a freeformstyle.com, www.emilimodaadaptada.com, www.dadaishop.com y www.adaptaliashop.com.

El caso de Zalando
Por el momento, este es un modelo de negocio que comienza a hacerse hueco en nuestro país si bien todavía es residual y limitado precisando hoy en día del compromiso de más empresas, especialmente de las grandes marcas para dar el toque de efecto que precisa la industria textil.
Buen ejemplo de ello es Zalando, una de las principales plataformas web europeas de moda que el pasado mes de octubre lanzó su primera colección de moda adaptable con más de 140 estilos en sus marcas privadas: Zign, Pier One, Anna Field, Yourturn y Even&Odd. La propuesta incluye ropa, calzado y accesorios para satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad y está disponible en todos los mercados de Zalando.
Desde esta empresa, con sede en Berlín (Alemania) aseguran que esta iniciativa parte del compromiso de la compañía de brindar una variedad y “una experiencia verdaderamente inclusivas para grupos subrepresentados para 2025″. De forma paralela, la entidad ha promovido la colección Tommy Hilfiger Adaptive a su oferta en nueve mercados, incluidos Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia y Suiza con más de 130 estilos de moda masculina, femenina e infantil. “Un viaje adaptable”, como lo define la propia empresa que, si bien todavía no ha llegado a España aspira a seguir invirtiendo en este área de negocio.

Urge ampliar servicios
Avanzar en la concienciación del conjunto de la sociedad a la hora de diseñar y promover prendas y artículos para todos pasa por dar un paso de gigante inimaginable hace unas décadas cuando la discapacidad era un tabú y lejos de visibilizarse trataba de esconderse. Hoy, habiendo avanzado hacia una sociedad más avanzada, plural y comprometida que en los últimos años enarbola la bandera de la inclusión como compromiso y causa pendiente, resulta urgente ampliar los servicios destinados a las personas con discapacidad promoviendo herramientas que mejoren su calidad de vida, autoestima y comodidad.
Un desafío necesario que precisa de la valentía, decisión e impulso hacia esos empresarios comprometidos por ser la punta de lanza de este sector que genera nuevo empleo y que tiene ante sí un escenario idóneo para desarrollarse precisamente en un momento en el que la inclusión y la normalización está más en boga que nunca especialmente en el ámbito político, lo cual debiera representar una oportunidad para aquellas entidades que trabajan por y para la inclusión.