Aspectos importantes para afrontar una lesión medular

Kenneth Iversjo

Por: Kenneth Iversjö

Normalmente suelo escribir de una forma genérica para que los que leéis estos artículos podáis aplicarlos a diferentes contextos y áreas de vuestra vida, pero en este artículo me voy a centrar específicamente en cómo sobrevivir a una lesión medular. Supongo que para todos los que lean esto será evidente entender que cuando uno resulta lesionado es una de esas situaciones en la vida que son realmente difíciles de afrontar. Cuando nos sucede algún incidente traumático de una magnitud importante como para hacer temblar nuestro mundo, como puede ser un accidente que te deje en silla de ruedas, solemos desubicarnos tanto que entramos en shock. La estabilidad de nuestra vida rutinaria se evapora en un instante y la confusión aparece de la nada.

Un shock de esa envergadura es tan impactante que te quedas paralizado. Y no sólo es que te estanques o bloquees sino que también la incertidumbre empieza a reinar por doquier, ya que esa desubicación es tan intensa que la estabilidad normal que nos permite dirigirnos en la vida parece desaparecer, y surge la sensación como de ir a la deriva.

Esta situación es un poco infernal, la verdad. Así que espero que las siguientes ideas y consejos te sirvan para reorientarte, al menos un poco, en una situación tan abrumante y confusa.

Tendrás que afrontar estos diferentes aspectos para afrontar una lesión medular de forma eficaz:

Por un lado la parte física: Tras la primera fase donde estabilizas la lesión, de los aspectos más graves y tu vida ya está fuera de peligro, comenzarás con la rehabilitación. Aquí empezarás a recuperar habilidades que creías perdidas y a tener que aprender a conocer tu cuerpo de otra manera. Esta no es mi especialidad y aquí poco tengo que aportarte, solamente que le eches todas las ganas que puedas y no te pares ante los límites que los demás digan o los que tu propia mente te sugiera. Da todo de ti mismo porque muchas veces recuperarás más de lo que los médicos y profesionales te auguran. Con esto no quiero darte falsas ilusiones pero el primer gran obstáculo para una buena rehabilitación es tu propio pensamiento, tu propia sensación de debilidad, la percepción de pérdida y de fracaso que tiene uno después del accidente. Si eres capaz de sobrepasar eso deberías ser responsable con tu rehabilitación, luchar a tope por ella y ser tú quién marca los límites, evidentemente siendo realista y teniendo los pies en el suelo, tú mismo te darás cuenta de dónde están dichos límites y es ahí donde toca aceptar hasta dónde estás llegando y los ritmos de recuperación o no que se están dando.

La parte psicológica será otro aspecto a afrontar, igual o quizás más relevante que la parte física, pues por muy bien que te recuperes si no gestionas el impacto que ha tenido el accidente en tu vida se quedará ahí guardado en el cajón de los horrores. Aquí hay que afrontar esa desubicación, la abrumación, la confusión. Cómo dije antes es una experiencia bastante infernal… Imagina que en un instante despiertas en un lugar desconocido e inhóspito con aspecto de infierno, pues algo así.

Diría que la parte psicológica va de la mano a aprender a manejarte de nuevo en el medio ambiente en el que vas a estar. En mi experiencia, fui afrontando aspectos de mi vida según fueron surgiendo. Al principio, igual que te propongo en este artículo, tuve que aprender a entender y manejar mi cuerpo, después los aspectos familiares, sociales, laborales, sentimentales (a esto es lo que me refiero con medio ambiente).

Resumiendo un poco la parte mental, diría que hay que reformular el concepto de “quién soy”, por qué un cambio físico tan extremo te deja patas arriba y hay que reconstruirse interiormente para responder a esa pregunta  tan importante y relevante cómo es “¿quién soy yo?”. Aquí no te quedes estancado con la respuesta “soy un parapléjico-tetrapléjico”, en un principio estás etiquetas tendrán una cantidad de significados peyorativos que nos suelen aplastar. Tendrás que ir más allá de ellos y encontrar la fuerza de “quién eres tú” y desde ahí decidir “quién vas a ser”,  mostrándole al mundo “quién eres de verdad”, y no todos esos clichés rancios asociados a la discapacidad. Esto te ayudará a ubicarte en tu vida de nuevo además de equilibrar tu autoestima. Por otro lado tendrás que aprender a ser creativo, pues los obstáculos en el camino van a ser numerosos y esta creatividad te ayudará a generar opciones o soluciones para avanzar en tu vida. Desarrollar cómo disfrutar desde tu nueva situación será otro de los aspectos que tendrás que afrontar, para ello la creatividad te va a venir muy bien, tendrás que encontrar nuevos campos de diversión. Aquí será muy útil que aprendas a valorar lo pequeño, te darás cuenta que puedes disfrutar de un simple respiro, un rayo de sol, un paseo con amigos, una cena apetitosa, etcétera. Envolviendo todos estos aprendizajes estará tu habilidad de gestión emocional con su correspondiente manejo de la frustración. No todo saldrá a la primera, ni a la segunda,  quizás sí a la tercera. Persevera, no dejes que tus decepciones y tropiezos detengan tu camino. Convierte la frustración en aprendizaje y continúa adelante, en este proceso saber gestionar tus emociones te vendrá de perlas.

Tolera a los gilipollas, encontrarás muchos a tu paso que te dirán lo que creen que puedes o no puedes hacer. Recuerda que sólo tú puedes decidir hasta dónde llegar en cualquier área de tu vida. Estos mismos profetas que te auguran qué es lo que puedes o no puedes hacer luego se sorprenderán de verte avanzar más allá de los límites que te han pronosticado. No gastes tus energías tratando de defenderte verbalmente de ellos, no merece la pena, demuestra tu libertad y tu potencial con tu propio ejemplo.

Una lesión medular, en un principio, puede ser una experiencia aplastante. Pero espero que todo lo que te he contado aquí te sirva para inspirarte un camino diferente, donde el aplastamiento quede a un lado porque puedas ver la luz de la libertad y la alegría más allá de la abrumación y el estancamiento inicial, y esa luz te está llamando diciéndote “una vida de bienestar no solo es posible sino que es tu derecho”. ¡Adelante!