Este verano no te juegues el cuello, una mala zambullida puede acabar en tetraplejia

Piscina

El eslogan del verano de 2018 que ha comenzado a usar el Hospital Nacional de Parapléjicos para su habitual campaña destinada a prevenir las lesiones medulares provocadas por una mala zambullida es “No te juegues el cuello”.

La idea del eslogan elegido este año hace hincapié tanto en la invitación a la prudencia necesaria a la hora de saltar al agua, actitud que evitará este tipo de lesiones, como en la gravedad de una lesión cervical, la más común de la lesión medular por zambullida, que genera una tetraplejia. Si la lesión es completa supone, desde el punto en que se produce la lesión, la interrupción de mensajes de ida y vuelta del cerebro al resto del cuerpo a través de la médula espinal, lo que se traduce en falta de movilidad y de sensibilidad.

El Hospital está usando sus redes sociales, Facebook y Twitter (@HNParaplejicos), para la difusión de los mensajes de prevención utilizando los hashtag #Zambullidas2018 y #Notejugueselcuello, junto con el de #VeranosaludableCLM, acompañado de diversas infografías con indicaciones y consejos antes de tirarse al agua.

Según datos de la Dirección Médica del centro, un total de seis personas han ingresado el pasado año, cinco varones y una  mujer, de entre 19 y 44 años, todos ellos con lesiones cervicales que provocan una tetraplejia.

A esta iniciativa se suma que tanto los ayuntamientos como las comunidades de vecinos con piscinas que lo deseen podrán disponer del cartel de este año con mensajes preventivos para imprimirlo en alta calidad y ubicarlo en piscinas públicas y privadas, en playas y en zonas de baño de toda España. Puedes descargarte aquí el cartel de la campaña.

cartel zambullidas2018

 

Prudencia y sentido común

Profesionales del Hospital de Parapléjicos recuerdan la importancia de conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, sobre todo en relación con la altura desde la que uno se lanza.

En todo caso el bañista ha de zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo así el cuello y la cabeza.

Si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.

En lugares como ríos, lagos, playas o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es conveniente comprobar siempre la profundidad.

Otra recomendación, no saltar de cabeza desde demasiada altura, pues una mala técnica de entrada puede causarnos lesiones tan solo golpeándonos con el agua.

En el mar, si el bañista se lanza de cabeza contra las olas debe comprobar que la profundidad después de la ola es suficiente. En cualquier caso, sólo es aconsejable zambullirse cuando la seguridad sea completa.

Por otra parte, en caso de que se produzca un accidente, y ante la necesidad de la recogida y manipulación de la víctima, es muy importante inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. No se debe transportar al lesionado en un vehículo utilitario.